» La unidad en el cuerpo de Cristo
La iglesia es un cuerpo con muchos miembros, llamados de toda
nación, tribu, lengua y pueblo. En Cristo somos una nueva creación;
las distinciones de raza, cultura, educación y nacionalidad, así
como las diferencias entre posiciones elevadas y humildes, ricos y pobres,
varones y mujeres, no deben producir divisiones entre nosotros. Somos
todos iguales en Cristo, el cual por un Espíritu nos ha unificado
en una comunión con él y los unos con los otros; debemos
servir y ser servidos sin parcialidad ni reservaciones. Por medio de la
revelación de Jesucristo que presentan las Escrituras, compartimos
la misma fe y esperanza, y proyectamos un solo testimonio ante todos.
Esta unidad tiene su fuente en la unidad del Dios tri-uno, el cual nos
ha adoptado como sus hijos. |
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- Romanos
12:4,5: Porque así como en el cuerpo tenemos
muchos miembros, y no todos tienen la misma función; así
también nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y
todos miembros los unos de los otros.
- 1
Corintios 12:12-14: Porque así como el
cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo,
siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
Porque por un Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo,
sean judíos o griegos, siervos o libres. Y a todos se nos dio
a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es
un solo miembro, sino muchos.
- Mateo
28:19,20: Por tanto, id y haced discípulos
en todas las naciones, bautizándolos en el Nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo, "enseñándoles
que guarden todo lo que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo"
- Salmos
133:1: ¡Mirad cuán bueno y agradable
es que
los hermanos habiten en unión y armonía!
- 2
Corintios 5:16,17: De manera que de aquí en adelante a nadie
conocemos según la carne. Y aun si a Cristo conocimos según
la carne, ya no lo conocemos así. Por lo tanto, si alguno está
en Cristo, es una nueva creación. Las cosas viejas pasaron, todo
es nuevo.
- Hechos
17:26,27: De uno solo hizo todo el linaje de los
hombres, para que habitaran en toda la tierra. Y les ha fijado el orden
de las estaciones, y los límites de su residencia; para que busquen
a Dios, si tal vez, palpando lo puedan hallar, pues no está lejos
de ninguno de nosotros.
- Gálatas
3:27,29: porque todos los que habéis sido
bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos...Y ya que
sois de Cristo, de cierto sois descendientes de Abrahán, y conforme
a la promesa, herederos.
- Colosenses
3:10-15: y habiéndoos revestido de la nueva
naturaleza, que se renueva hasta el conocimiento pleno, conforme a la
imagen de su creador; donde no hay griego ni judío, circuncisión
ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre,
sino que Cristo es el todo, en todos. Por lo tanto, como elegidos de
Dios, santos y amados, vestíos de entrañable compasión,
de benignidad, humildad, mansedumbre y tolerancia. Soportaos y perdonaos
unos a otros, si alguno tuviera queja del otro. De la manera que Cristo
os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre
todo, vestíos de amor, que es el vínculo de la perfección.
Y la paz de Dios gobierne vuestro corazón, a la que fuisteis
también llamados en un solo cuerpo. Y sed agradecidos.
- Efesios
4:4-16: Hay un solo cuerpo, y un solo Espíritu,
como también fuisteis llamados a una misma esperanza de vuestra
vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre
de todos, que está sobre todos, por todos, y en todos. Sin embargo
a cada uno de nosotros le ha sido dada la gracia conforme a la medida
del don de Cristo. Por eso dice: "Cuando subió a lo alto,
llevó cautivos consigo, y dio dones a los hombres. Y eso que
"subió", ¿qué es, sino que también
había descendido primero a las regiones inferiores de la tierra?.
El que descendió es el mismo que también subió
sobre todos los cielos para llenar todo el universo. El mismo dio a
unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas;
y a otros, pastores y maestros; a fin de perfeccionar a los santos para
desempeñar su ministerio, para la edificación del cuerpo
de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento
del Hijo de Dios, a un estado perfecto, a la madurez de la plenitud
de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados
por cualquier viento de doctrina, por estratagema de hombres, que para
engañar emplean con astucia los artificios del error; sino que,
siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, en Cristo, de quien todo el cuerpo, bien ajustado y unido por
todos los ligamentos que lo mantienen, según la acción
propia de cada miembro, crece para edificarse en amor.
- Efesios
4:1-6: Así, yo, preso en el Señor,
os ruego que andéis como es digno de la vocación a que
fuisteis llamados, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos
unos a otros en amor; solícitos en guardar la unidad del Espíritu
en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo, y un solo Espíritu,
como también fuisteis llamados a una misma esperanza de vuestra
vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre
de todos, que está sobre todos, por todos, y en todos.
- Juan
17:20-23: No ruego sólo por ellos, sino
también por los que han de creer en mí por la palabra
de ellos. Para que todos sean uno, como tú, oh Padre, en mí,
y yo en ti. Que también ellos sean uno en nosotros, para que
el mundo crea que tú me enviaste. Yo les di la gloria que me
diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en
ellos, y tú en mí. Que lleguen a ser perfectamente unidos,
para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los amaste
a ellos, así como me amaste a mí.
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